¿Quién tumbó a Murillo Karam?

27 de febrero 2015.- Jesús Murillo Karam se sentía más fuerte que nunca. Y de repente se desplomó. Alguien filtró dos fotografías –una de las cuales captó a 25 de los 43 normalistas en la clínica «Cristina» de Iguala– tomadas la noche del 26 de septiembre por miembros del ejército, y los acompañó con varios reportes dirigidos al jefe militar de aquella ciudad, sobre la situación de los jóvenes que posteriormente desaparecieron.

En todas partes, Murillo Karam dijo, insistió y mantuvo que el ejército no salió de su cuartel esa noche. Incluso alardeó, en una especie de brote psicótico: «Y qué bueno que no salió. ¡Imagínense a quién hubiera apoyado!». ¿Hablaba de un ejército enemigo, invasor, extranjero?

Durante sus dos inolvidables conferencias de prensa –la del #YaMeCansé el 7 de noviembre y la de la #VerdadHistórica el 27 de enero– siguió negando la intervención del ejército en los acontecimientos de esa noche, pero en su segunda reunión con los periodistas, afirmó que los 43 muchachos fueron llevados al basurero de Cocula en un camioncito de tres toneladas y media, a donde 15 de ellos, según él, llegaron muertos.

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Si en la foto salen 25 normalistas dentro de la clínica, ¿dónde estaban los otros 18 del grupo de los 43? Sólo quienes los desaparecieron lo saben. La pregunta hoy por hoy es quién filtró las fotos y el parte militar que tumbaron al dueño la «verdad histórica» más falsa del mercado negro.

Una de las probables grietas por las cuales gotearon las fotografías, para que cayeran en manos de ciertos periodistas, uno de los cuales fue censurado escandalosamente, está en la cúpula del PRI. No en la oficina de César Camacho Quiroz, todavía presidente de ese partido, sino más arriba.

Hoy, el PRI definirá los nombres de sus candidatos pa las elecciones del 7 de junio. Si entre los ungidos (y urgidos) aparece Camacho Quiroz, todos y todas y todes y todxs preguntaremos: ¿quién será el nuevo presidente del PRI? Y a la vez adivinaremos que Camacho Quiroz, amante de la calumnia y de la intriga, pero de pocas luces y cortos alcances, sustituirá a Manlio Fabio Beltrones como coordinador de la bancada priísta en el segundo tramo del sexenio.

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¿Y Beltrones? ¿A dónde se irá Beltrones cuando salga de San Lázaro? Es bien sabido que no ha cesado de trabajar para que Peña lo ponga al frente del PRI. Sin embargo, los barones del Atlacomulco, terroristas del Estado Islámico, perdón, del estado de México (chiste robado a monero Patricio) se oponen de la manera más férrea.

Ayer en la madrugada –mientras se esparcían las noticias sobre Murillo Karam y los rumores sobre la renuncia de Osorio Chong, que según esto no aceptó Peña Nieto– en Tijuana murió el delegado del IMSS, Roberto Alcides Beltrones Rivera, hermano de Manlio Fabio. Por tal motivo, el líder de la cámara baja voló a esa frontera para asistir a los funerales, y tal vez hoy, mientras la cúpula del PRI sesiona, estará muy lejos del Distrito Federal barajando las opciones que le pueda ofrecer el futuro, y con esta expresión me refiero al futuro ex presidente de nuestra supuesta república.

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La otra grieta

La súbita caída de Murillo, en el marco de la disputa por el control del PRI, agravó la crisis política detonada por la más que sospechosa terquedad del Verde Ecologista y la descarada pachorra de los ninis del INE, encabezados formalmente por Lorenzo Córdova, y dizque sometidos por Marco Antonio Baños, dentro de un juego de simulaciones que prefigura desde ya un nuevo fraude y pone en riesgo la celebración de los comicios.

Es obvio que la campaña ilegal del PVEM –apoyada por los medios, el regente Mancera y el Señor de las Mil Casas–, que el INE toleró desde agosto hasta que se descubrió el pastel, ya dio a los engañabobos de las encuestas la oportunidad de reportar un «asombroso» crecimiento de 150 por ciento (de 4 a 10) en la intención de voto a favor del Verde; está reforzando la náusea que la gente siente por la cosa electoral y pretende fomentar el abstencionismo, que mientras mayor sea favorecerá más y más al PRI-PAN-PRD-Panal-PT-MC y perjudicará a Morena.

A contribuir que las elecciones de junio sean un desastre y se agudice la descomposición social, también se han dedicado los señores y la señora del Tribunal Electoral, que luego de dos años de papar moscas, resolvieron que comprar cinco millones de votos con dinero del crimen organizado es la cosa más decente del mundo.

Así, con «autoridades» electorales extraviadas, la economía rota, los precios a la alza, la violencia fuera de control, la represión política en su máximo esplendor, la censura en los periódicos encadenados a la corrupción y un descontento popular inmenso, el país está en riesgo de presenciar y padecer una guerra dentro del gobierno, en la que a la mejor se acabarán disparando todos contra todos.

La próxima procuradora General de la República, Arelí Gómez González.

La próxima procuradora General de la República, Arely Gómez González.

En medio de este vacío de poder, repudiado por el Papa, escarnecido por Hollywood, condenado por los miembros del Parlamento Europeo que se burlaron de la «verdad histórica» y por el relator de la ONU en materia de derechos humanos, el gobierno de Peña, integrado por un equipo de incompetentes que sólo generan y agravan problemas, le entregó la PGR a Televisa.

¿Fue una decisión repentina? ¿Ya se tenía preparado el relevo del que pasará a la historia por su cinismo y su cansancio? ¿O debemos pensar mal y tomar en consideración que la grieta por la cual se filtraron el parte militar y las fotos de los normalistas, en realidad no está en el despacho de Beltrones sino en el de Emilio Azcárraga?

Como quiera que sea, la nueva procuradora es ya una estrella más del Canal de las Estrellas y debutó ayer con una obra de microteatro, escenificando el proceso entrega-recepción de la Tuta, otro capo que se jubila después de dejar el negocio en manos de los grupos que esperan a su próximo mandatario o más bien mandadero: el perredista Silvano Aureoles Conejo, que será gobernador de Michoacán, por la gracia de los acuerdos que tejió Beltrones con el PRD, y que aceptaron, encantados de la vida, Osorio Chong y los caciques de Morelia.

En su nueva temporada, esta columna aparece en tuiter martes y jueves a las 8 de la noche y los sábados, como siempre, en la mañana. Para todo lo demás está la cuenta @Desfiladero132 por si ocupan…

15 comentarios en “¿Quién tumbó a Murillo Karam?

  1. Antonio Gonzalez dijo:

    No puedo creer; en la fotografía aparecen alumnos desparecidos?. Grave, muy grave. Percibo en la población en general indiferencia en los últimos acontecimientos. ¿Tiene que haber millones de muertos para que la mayoría de la población se involucre en su destino?.

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  2. Raymundo Reyes Ángeles dijo:

    Como, » faros, ya chupó»
    TODOS dicen: ESTA BIEN !!
    pero hay quien pregunta: QUIEN?
    que quien fué «EL QUE LO TUMBÓ».
    Muy humilde, digo yó,
    nadie fue, según se vé,.
    PUES, procurador que fue,
    nunca, nunca emprendió el vuelo,
    arrastrose POR EL SUELO,
    !!! NUNCA,!!! !!! SE PUSO DE PIÉ !!!

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  3. La mayoría de los mexicanos preocupados por lo ocurrido a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, ignoran los acontecimientos de los días y las horas previas a su desaparición. Saber esto es necesario para poder forjarnos una opinión con bases sólidas, e impedir que nos manipulen queriendo que creamos versiones especialmente diseñadas para satisfacer determinados intereses partidistas.
    Con información de los diarios de Iguala y Chilpancingo, aparecida los días 27 y 28 de septiembre pasado, diarios que he seguido consultando por Internet, más la información de otros diarios de Guerrero y de la capital de país, hice un resumen un poco largo de lo ocurrido. Pongo este resumen a disposición de mis amigos interesados en el caso:
    Con el fin de asistir a la Ciudad de México el día 2 de octubre de este año, para integrarse a las manifestaciones conmemorativas de la masacre de Tlatelolco, los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, habían estado robando (“recolectando” dicen ellos) autobuses y combustible a lo largo de una semana. Las unidades recolectadas las habían concentrado en la escuela, sin que la autoridad municipal de Tixtla hiciera nada para recatar esas unidades, a pesar de que se habían presentado las denuncias correspondientes.
    La Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, se encuentra al lado de la ciudad de Tixtla, junto a la Carretera Federal 93, que comunica Tixtla con Chilpancingo. La distancia entre Tixtla y Chilpancingo es de unos 15 kilómetros, cuyo recorrido se hace en 12 minutos, lo que les da a los normalistas de Ayotzinapa rápido acceso a la Autopista del Sol, que bloquean con frecuencia.
    El día 22 de septiembre, policías federales y estatales impidieron que los estudiantes “recolectasen” combustible en estaciones de servicio sobre la Autopista del Sol.
    Los días 25 y 26 de septiembre los normalistas de Ayotzinapa fueron a Chilpancingo en dos autobuses recolectados, e intentaron recolectar otros, pero la policía de Chilpancingo lo impidió, sin por ello haberlos arrestado ni confiscado las unidades robadas en que iban.
    Frustrados en su intento, los estudiantes se trasladaron a Iguala y se dirigieron a la terminal de autobuses de esta ciudad, para recolectar otros autobuses, de los que rápidamente se apoderaron. Uno de los choferes de esos autobuses se resistió a la toma al ser abordado por los estudiantes en la central camionera de Iguala, y a través de su celular logró notificar a sus superiores y a la policía, antes de ser sometido. Este autobús salió cargado de estudiantes de regreso a Ayotzinapa, pero antes de llegar al periférico de Iguala un grupo de civiles los atacó a balazos. En este ataque murieron dos estudiantes.
    Otros estudiantes de Ayotzinapa habían recolectado tres autobuses más en la central camionera de Iguala (fueron 4 los autobuses recolectados) y los estudiantes hicieron que los choferes condujesen estos autobuses hacia el anillo periférico de la ciudad, para de allí enfilar hacia Chilpancingo y luego hacia Ayotzinapa, pero la ruta que siguieron, a diferencia del otro autobús, los hacía pasar a una cuadra de donde es estaba realizando un festejo del DIF municipal de Iguala, para celebrar los logros obtenidos bajo la dirección de María de los Ángeles Pineda.
    Se dice que en ese evento se planeaba lanzar la candidatura de María de los Ángeles a la alcaldía, para suceder a José Luis Abarca, su marido, alcalde perredista que terminaba su periodo en 2015. El lugar estaba fuertemente resguardado por policías municipales.
    Policías federales y un pelotón del Ejercito Mexicano, también se habían apostado en las cercanías dado el carácter violento de los estudiantes, y corría el rumor de que éstos tratarían de sabotear el acto que se desarrollaba en el DIF. Tanto la PF como el Ejército estaban ahí para auxiliar a los policías municipales en caso necesario, como lo manifestaron sus superiores.
    No existen evidencias de que la PF o el Ejército hayan intervenido, ni parecen haber actuado por omisión en los acontecimientos violentos que siguieron.
    La policía de Iguala estaba en su terreno y estaba cumpliendo con su deber. Legalmente había motivos para que la policía de iguala procediera contra los estudiantes, ya que estos viajaban en autobuses robados. Por tanto no había motivos para que el Ejército mi la PF intervinieran en favor de los estudiantes durante la refriega que se suscitó. Esta presencia de la PF y el Ejército es la situación que algunos utilizan para tratar de inmiscuir a la PF y al Ejército en esto.
    De acuerdo con declaraciones del fiscal guerrerense, Iñaky Blanco Cabrera, este episodio violento tuvo lugar a las 21 horas, cerca de donde se realizaba el acto del DIF.
    Cuando la policía logro impedir el paso de los autobuses mediante una camioneta que bloqueó su avance en la esquina de las calles Juan N. Álvarez y Periférico Norte, algunos estudiantes bajaron de los autobuses para quitar del camino la camioneta, y se enfrentaron a los policías. Cuando los estudiantes sometieron y golpeaban a un policía derribado, agentes de la Policía Municipal de Iguala abrieron fuego, y mataron a uno de los jóvenes agresores.
    La balacera puso en desbandada a los estudiantes. La policía de Iguala detuvo y se llevó arrestados a 43 estudiantes que no habían podido bajar de los autobuses. Todo esto ocurrió a la vista de la PF y el Ejército, quienes no tenían motivos para intervenir a favor de los estudiantes. La policía de Iguala estaba cumpliendo con su deber, y lo siguió estando cuando se llevó detenidos a los 43 estudiantes sorprendidos en el interior de los autobuses. La policía de Iguala dejó de cumplir con su deber ya lejos de la mirada de la PF y el Ejército, cuando en lugar de llevarse a los estudiantes a la cárcel, se los llevó a otra parte para entregarlos a la policía de Cocula, quienes los entregaron a Guerreros Unidos. Por tanto no hubo ninguna intervención ni omisión de la PF ni del Ejército.
    Durante la refriega, varios de los estudiantes normalistas lograron comunicarse vía celular con compañeros que se habían quedado en Ayotzinapa. Estos alumnos, enterados de los incidentes, enviaron otro convoy de estudiantes en varios autobuses para tratar de ayudar a los compañeros atacados en Iguala. La distancia entre Tixtla e Iguala es de 130 kilómetros aproximadamente, que se cubren en menos de dos horas.
    El segundo convoy de estudiantes llegó al lugar del enfrentamiento alrededor de las 23:30 horas y se encontró con algunos de los compañeros que no habían sido capturados por la policía, acompañados por un numeroso contingente de la CETEG. Después de que llegó el ministerio público, el cuerpo del estudiante muerto a balazos fue trasladado al Semefo. Para esas horas ya no estaban ni la PF ni el Ejército en las cercanías del lugar, quedando solo algunos agentes municipales que vigilaban a distancia.
    Acompañados por los profesores de la CETEG, los normalistas comenzaron a inspeccionar los alrededores en busca de otros alumnos ocultos tras la trifulca. Asimismo daban entrevistas a la prensa local (donde yo leí, al día siguiente, lo que estoy narrando).
    Los estudiantes y el contingente de la CETEG seguían en el lugar alrededor de la medianoche cuando fueron atacados por un grupo de civiles no identificados que pasó de repente en un vehículo disparando armas de fuego, y que al parecer es el mismo que minutos antes habían disparado contra el otro autobús cargado de estudiantes, matando a dos.
    En este segundo ataque fallecieron otros dos estudiantes, mientras que el resto huía en desbandada. Al lugar acudieron socorristas de la cruz roja y un agente del ministerio público quien dio fe de los dos cadáveres, mismos que fueron trasladados al Semefo de Iguala, donde posteriormente fueron entregados a los familiares. Alrededor de las dos de la madrugada del día 27, los estudiantes emprendieron en los autobuses el regreso a Chilpancingo, rumbo a Ayozinapa
    En esos momentos, a la salida de Iguala, en la autopista a Chilpancingo, al parecer el mismo grupo de civiles disparó contra un autobús que transportaba a los integrantes del equipo de futbol Avispones de Chilpancingo. En este ataque perecieron un jugador, el chofer del autobús y la pasajera de un taxi (victima colateral). El equipo de futbol no estaba involucrado en los hechos y aparentemente fue confundido por los atacantes.
    Los primeros informes oficiales sobre estos hechos se dieron a conocer al día siguiente, reportando, además de 8 muertos y 16 heridos, la desaparición de 57 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa. Posteriormente se informó que 14 de ellos se encontraban salvos en sus casas, mientras que 43 permanecían en calidad de desaparecidos.
    Ese mismo día, se señaló al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, como presunto autor intelectual de las desapariciones y como el responsable de dirigir desde un radio a las fuerzas policíacas de Iguala para proceder contra los estudiantes.
    El 29 de septiembre, Abarca dijo que él había ordenado a la policía no atacar a los normalistas, a quienes acusó de pretender atacar a los invitados que estarían presentes en el segundo informe de su esposa al frente del DIF municipal.
    La búsqueda de los 43 estudiantes por parte de padres de familia junto con normalistas, que fueron acompañados por elementos de los tres niveles de gobierno, inició el mismo 29 de septiembre.
    Un día después José Luis Abarca pidió licencia a su cargo de presidente municipal de Iguala y enseguida desapareció junto con su señora esposa, y como ya había cargos directos contra ellos, se les declaró prófugos de la justicia
    El sábado 4 de octubre se descubrió en los alrededores de Iguala una fosa clandestina con 28 cadáveres. Los análisis forenses dictaminaron que estos cuerpos no correspondían con ninguno de los 43 normalistas desaparecidos ignorándose hasta la fecha la identidad de los cuerpos.
    El día 8 de octubre, en Cuernavaca fueron detenidos Osvaldo Ríos Sánchez y su hermano Miguel Ángel, sospechosos de haber participado en la desaparición.
    Los hermanos Ríos Sánchez confesaron su involucramiento y dijeron haber actuado bajo las órdenes de Ángel Casarrubias Salgado, uno de los líderes de Guerreros Unidos.
    Al día siguiente la PGR encontró otras 4 fosas con ocho cadáveres en el paraje de La Parota, en la localidad de Pueblo Viejo, Guerrero. Sin embargo, estos hallazgos tampoco correspondían con los 43 normalistas desaparecidos.
    El procurador Jesús Murillo Karam informó el 13 de octubre que de acuerdo a lo declarado por los detenidos, elementos de la Policía de Iguala, tras arrestar a los 43 estudiantes que estaban arriba de los camiones, siguieron instrucciones de Abarca y se los llevaron para entregarlos a oficiales de la Policía del vecino municipio de Cocula. A su vez, estos policías municipales de Cocula procedieron a entregar los estudiantes a miembros del cártel de los Guerreros Unidos.
    De acuerdo a testimonios de los hermanos Ríos Sánchez, fue Ángel Casarrubias Salgado quien ordenó matar a los estudiantes, pues estaba en la creencia de que entre ellos se encontraban infiltrados elementos del cártel rival de Los Rojos.
    Miembros de Guerreros Unidos capturados confesaron que todos los estudiantes fueron asesinados, confirmando en lo fundamental la versión del padre Solalinde, quien fue el primero en decir que todos los 43 estudiantes habían sido asesinados.
    Los detenidos confesaron que alrededor de la media noche los estudiantes fueron llevados al basurero municipal de Cocula en dos camionetas. Al arribar, quince de los estudiantes habían muerto de asfixia debido al hacinamiento y las ataduras. Una vez bajados los estudiantes sobrevivientes, se interrogó brevemente a cada uno antes de proceder a matarlos de un balazo en la nuca. Después, utilizando un método ideado por los Zetas, procedieron a trocear los cadáveres con hachas y machetes, hasta dejarlos reducidos a fragmentos, empaparon con gasolina un amplio espacio de basura mojada, pues esos días estuvo lloviendo de manera intermitente, le prendieron fuego, la gasolina ardió secando esa parte del basurero y ahí se lanzaron los despojos troceados, acumulando sobre ellos más basura y material combustible que había alrededor y leña y madera que llevaron para ello, de manera que la fogata fuera intensa, haciendo relevos para mantener el fuego durante horas, arrojándole abundante combustible (diesel). Esto, de acuerdo con lo declarado por autores materiales ocurrió entre la madrugada y la mañana del día 27. Al terminar se recogieron los despojos que quedaron, huesos y dientes. Los fragmentos de hueso más grandes los trituraron a golpes de marros. Lo que quedó se introdujo en diez bolsas de plástico que se arrojaron al río San Juan.
    Los interesados en prolongar el estado de agitación, tratan de demostrar por todos los medios que es imposible que los cuerpos de los 43 estudiantes hayan sido quemados en el basurero de Iguala, y se apoyan en declaraciones de científicos de la UNAM que dicen que es imposible incinerar 43 cuerpos en una hoguera, pero olvidan que quienes los incineraron, antes trocearon los cuerpos hasta reducirlos a fragmentos pequeños y luego los echaron a la hoguera Y DE ESTA FORMA SI PUEDEN INCINERARSE CON FACILIDAD.. Por su parte Proceso atiza el fuego diciendo que el 27 el piloto de una avioneta que sobrevoló la región de iguala no vio humareda alguna por el rumbo del basurero, y utiliza esta versión del piloto para tratar de convencer al lector que no hubo tal quema de cuerpos en el basurero de Cocula, Pero contra estas versiones de los científicos de la UNAM y de Proceso, está lo declarado por autores materiales y, como veremos más adelante, hay pruebas contundentes de que dicen la verdad. Veamos:
    Con base en las declaraciones hecha por autores materiales del crimen ante la PGR, las autoridades empezaron una búsqueda intensiva de las 10 bolsas conteniendo los despojos que quedaron de los cuerpos troceados y calcinados, en la parte del río San Juan señalada por los detenidos. Un buzo logró rescatar una de las bolsas, y en el extranjero se logró determinar que entre los restos de esa bolsa había algunos que corresponden con uno de los estudiantes desaparecidos, lo que indica que los detenidos dicen la verdad: los 43 están muertos. Fueron incinerados en el basurero, tal como ellos lo dijeron. Creo que relatar hasta aquí lo ocurrido es suficiente para entender lo que les ocurrió a los estudiantes de Ayotzinapa, y entender que la bandera de “VIVOS LOS QUEREMOS DE REGRESO! es imposible de satisfacer. Es una bandera enarbolada por quienes quieren prolongar indefinidamente el estado de agitación a que ha dado pie la desaparición y asesinato de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
    Pero queda algo oculto tras un velo de misterio: ese grupo de civiles que primero balaceo el autobús donde estudiantes viajaban de regreso a Ayotzinapa, minutos después balaceo a estudiantes y elementos de la CETEG que se encontraban reunidos donde había sido el enfrentamiento de los estudiantes con la policía municipal, y luego balaceó al autobús en que viajaban los jóvenes del equipo Los Avispones.
    Esos civiles no han sido identificados, pero en los diarios de Iguala y Chilpancingo se ha hecho el siguiente comentario: que en uno de los autobuses robados por los estudiantes en la central camionera de Iguala, viajaba hacia Ciudad Victoria, Tamaulipas, y en él se transportaba un cargamento de cocaína, y al enterarse del robo de dicho autobús, los dueños de la droga, presuntamente integrantes de Guerreros Unidos, se lanzaron en búsqueda del autobús robado. Los de Guerreros Unidos creían que quienes se habían robado el autobús con la cocaína, eran miembros de un cartel rival llamado Los Rojos. De esta manera se suscitaron primero la balacera contra el autobús en que viajaban estudiantes de regreso a Ayotzinapa, luego la balacera contra estudiantes y miembros de la CETEG que estaban en el sitio de la trifulca con la policía, junto a tres de los autobuses robados, luego la balacera contra el autobús donde viajaban Los Avispones.
    En el ataque al autobús de los estudiantes, autobús que quedó detenido antes de llegar al periférico, al parecer los de Guerreros Unidos lograron rescatar los paquetes de cocaína, lo que no ha sido confirmado por las autoridades, pero no suena ilógico, por lo aparentemente absurdo e inexplicable de los ataques.
    Una de las versiones que corren en Iguala es que esa noche los de Guerreros Unidos andaban tras autobuses robados, según ellos, por Los Rojos, de ahí la saña y lo repetido de los ataques.
    Los jóvenes que viajaban en los dos autobuses balaceados, en sus primeras declaraciones dijeron que quienes los atacaron fueron civiles que viajaban en automóviles, pero posteriormente los estudiantes de Ayotzinapa dijeron que habían sido policías vestidos de civiles sin explicar porque en la primera versión que dieron no mencionaron que eran policías vestidos de civiles, ni dieron pruebas de que esto fuera cierto. Luego ya de plano empezaron a decir que habían sido policías.
    Creo que todo lo narrado ayuda a comprender mejor este graves problema que está viviendo nuestro país.

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  4. Alarmante, asqueroso y extremadamente peligroso el roce de poderes que cada día gestiona un nuevo plan para no perder la baTUTA (chistorín) del poder que se pasa por dedo y dedo. La única cuestión es que, si los comicios ya están taaaaan comprometidos, ¿qué de relevante tiene que MORENA se vea perjudicada? incluso, en el sistema partidista mexicano (partidocrático), ¿qué de malo tiene que MORENA se vea perjudicada?
    No me malentiendan (aunque eso ocurrirá), pero me resulta hasta gracioso aún tener consideración por un partido tan poco racional y democrático que tuvo qué sortear sus diputaciones plurinominales.

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  5. que poca tal vez esta novela cambie un poco con las marchas para que el pueblo de mexico se despierte se necesita mas comunicación y centrarse en lo que se va hacer y ojala y le demos una buena limpia a las instituciones porque lo requieren pero ya

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  6. por lo que se deduce es que el comando de la muerte, el que secuestro y asesino a los 43 normalistas y sigue asesinando hasta la fecha tanto a mas normalistas como a maestros del ceteg y poblacion civil lo financia emilio azcarraga

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  7. Daniel Bolaños dijo:

    Se requiere verificar o determinar la veracidad de la foto, quienes han podido identificar a esos muchachos, la clínica, cuál es? Comparación de ese pasillo con algo actual, qué estaban haciendo en una clínica? Quién los llevó allí? Qué exámenes médicos se les practicó, los resultados o el respaldo de esos exámenes ? Nombres de los médicos, enfermeras o enfermeros,

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  8. Arturo Gutierrrez dijo:

    Seguimos en el cochinero político , que suerte de México, tan lejos de Dios y Tan cerca de Peña Nieto y el PRI
    Necesitamos agruparnos y protestar , no votemos por nadie en junio
    Convoquemos a una reunión
    Martí, Wallace, México unido,,etc.,a revelarnos

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  9. marco dijo:

    Un claro conflicto de intereses y de venta de influencia el nombramiento de la nueva procuradora, pero mucho más grave es q nadie con autoridad hable sobre la evidencia de la participación del Ejército y la presencia de algunos de los desaparecidos en la clínica donde estuviera el Ejército

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